¿De qué tamaño es mi tragedia?

Serie Recuento #3


La vida transcurre en un infinito alternar entre felicidad, tragedia, tranquilidad y angustia. Es simplemente así. Esa es la única manera en la que el universo puede capacitarnos para diferenciar una etapa de la otra. Pero tristemente, tendemos a acomodarnos en nuestras tragedias y en nuestras felicidades y en nuestras tranquilidades y en nuestras angustias, siempre sin querer reconocer (o admitir) que no es posible extender lo ya vivido. Sería como pretender que un suspiro durara por siempre: La idea es romántica, pero la realidad desconoce las ideas que tenemos de El mundo y sus demonios (*1) y por eso siempre nos trae de vuelta a estrujones, arrancándonos violentamente de aquello que pretendimos perpetuar.

«(…) tendemos a acomodarnos en nuestras tragedias y en nuestras felicidades y en nuestras tranquilidades y en nuestras angustias, siempre sin querer reconocer (o admitir) que no es posible extender lo ya vivido»

–L. V. Velásquez

Descubrí hace poco que no es posible incluir todo el universo en una cascara de nuez (*2), al contrario de lo que esperamos y de la percepción que tenemos de estas cosas, la vida transcurre dentro y no fuera de nosotros mismos, imposibilitando al mundo de notar el tamaño de nuestras tragedias y felicidades, tranquilidades y angustias. Y teniendo esta idea en mente, vino a mi la pregunta de: ¿cómo, entonces, esperamos ser rescatados de algo que esta ocurriendo exclusivamente en nuestro interior; de dónde viene esta loca idea de que se puede esperar que una persona, totalmente ajena a nuestros procesos intimos y silenciosos, pueda lograr rescatarnos de nuestros propios miedos, fantasmas; de nuestras propias trampas y fijaciones?. Sería como pedirle a un ciego que saque por nosotros la aguja del pajar.

Originalmente publicado en MySpace con fecha 11-08-2007

  1. Libro de Carl Sagan de igual título
  2. Libro de Stephen Hawking de igual título

Este post es el tercero de la Serie “Recuento”. Para seguir leyendo sobre la serie, puedes leer el cuarto post de la serie «Cuando el amor no basta«, el post introductorio «Cada novela es un viaje interior«, o el post CERO sobre esta serie «La razón de este viaje interior«, que es en donde hablo del porqué decidí hacer esta serie de publicaciones tan íntimas.


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