Comienza la serie «Recuento»
Pocas cosas inspiran letras como las tristezas, y el año en el comencé a escribir mi primer blog, fue particularmente triste.
La tristeza es un enemigo silencioso experto en camuflaje, puede roer lenta, pero eficientemente, la capacidad de ser feliz, aunque yo crea que ser feliz es un asunto que depende más de la determinación que de ninguna otra cosa.
Ser feliz –como el amor– es algo que exige fortaleza, foco y dedicación diaria; son sentimientos que se atrofian si abandonas la lucha por mantenerlos sanos. La tristeza, la depresión y los miedos, suelen roer nuestra capacidad de mantener la determinación de ser felices, de no renunciar a un amor y hasta la de ser nosotros mismos a pesar de los prejuicios y matices del rechazo.
Hace más de dos décadas, comencé una dura pelea contra la depresión, una pelea que, aunque ahora parece haber terminado, no es así. Mi depresión nunca se rinde y me sigue asechando diariamente entre las rendijas de cualquier problema, de cualquier dolor, de cualquier idea. Y esa es la razón por la que escribo.
Escribir me ha permitido la defensa en contra de esos enemigos internos, y es quizás por eso que durante los últimos casi diez años, he debido escribir mucho menos, porque ahora me defiendo, aprendí a hacerlo. Pero ha sido difícil, no lo niego.
El amor me ayudó a sanar algunas de mis heridas, pero también me ha abierto otras que parecen sangrar con ciertas cosas, como el silencio, la rutina, la soledad y la consciencia de mi exilio territorial. El amor cura, sí, pero no lo cura todo; algunas cosas debemos sanarlas nosotros mientras nos defendemos de nuestros miedos, mientras manoteamos al aire para espantar la depresión y mientras corremos en la dirección contraria, huyendo de nuestras inseguridades. Es una batalla cruel y sangrienta que no da tregua, pero que estamos obligados a ganar para no perder a ese amor que nos cierra las heridas, esa dedicación que nos reclama fortaleza, esa capacidad para la alegría y el delicioso placer de las pequeñas cosas, de esos detalles, como el color del cielo, el olor de la hierba recién cortada y el sonido del río sobre las piedras.
El año en el que comencé a entregarme a las letras, escribí las reflexiones que compartiré aquí en este blog, solo que ahora parecen más una lección aprendida y no una pregunta universal.
La vida me ha regalado muchas oportunidades de sabiduría con todas mis heridas, mis dolores y mis pérdidas. Y algunas, finalmente las he apilado sobre las líneas de mis novelas, “Las tantas que hay de mí”, y “El amor como un elefante”. Pero temo que mis palabras pierdan significado si no revelo las riquezas del camino recorrido que las trajo, y esta es la razón por la que he decidido compartir mi historia, para que cuando me lean, me entiendan.
Espero que el camino les sea de provecho, que puedan disfrutar de mis textos y aprender de ellos lo que necesiten. Dicen que cuando el alumno está listo el maestro aparece, y que cuando el maestro está listo la oportunidad de enseñar se presenta. «El amor como un elefante» es una compilación de experiencias, reflexiones y memorias de mucho dolor, lo menos que puedo esperar es que para algo sirvan, además de para imaginar la novela como una ficción abstracta, sin forma ni fondo, como cualquier tragedia ajena. La idea es hacer algo con toda la carga: repartirla, disecarla y echarla al río con las cenizas de mis lágrimas.
Cuando el amor aparece, no todos son capaces de vencer sus prejuicios y miedos. En «El amor como un elefante, reliquum», sus protagonistas descubrirán que el amor no es como creían. Esta es una novela sobre el miedo a vivir el amor cuando este es cuestionado pues, no todos tienen el coraje necesario para amar.
Sinopsis
Una serie de profundas reflexiones nos llevarán al repaso de la vida de Maia, quien en los días previos a su partida definitiva del país que la vio crecer, revivirá las decisiones que en otra época moldearon su vida y reevaluará los hechos que la obligaron a asistir al evento que pondrá fin a su necesidad de seguir guardando el gran secreto que nadie se atrevió a imaginar.
Y aunque la realidad de todo lo que realmente pasó, al principio pudiera parecer obvia, realmente se hallará escondida detrás de las muchas ideas y preguntas planteadas en cada una de las situaciones repasadas.«El amor como un elefante«, es una novela con una línea de tiempo compleja, concebida para llevar al lector por una vertiginosa e irregular narrativa le hará muy difícil la aparentemente sencilla tarea de descifrar la realidad escondida de cada uno de sus personajes.
Este post es la primera parte de la Serie “Recuento”. Para seguir leyendo sobre la serie, puedes leer el primer post de la serie «Ensayo sobre detalles«, o el post introductor «Cada novela es un viaje interior«.
Sitio Oficial de L. V. Velásquez 
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