Querida Asamblea Nacional:

¿Será que tenemos que explicarle a la Asamblea Nacional en qué consiste el artículo 350 de la Constitución?

Por una década y media, desde el 2002, cuando nació la Coordinadora Democrática, el país viene cojeando de varias patas; no sólo los años de destrucción chavista se han manifestado en la obvia decadencia de la que otrora fuera​ una de las sociedades más prósperas y avanzadas del continente sino que, además, hemos sido incapaces de deshacernos de la clase política retorcida y llena de vicios que nació en el 58 y que sigue empeñada en infectar a las nuevas generaciones del liderazgo político nacional, manteniéndola engañada con un discurso que afirma que la experiencia les ha dado el «criterio político» necesario para seguir siendo parte de los proyectos del país sin pensar, ni por un solo momento, que fue precisamente ese criterio lo que trajo al país hasta esta tragedia de dictadura genocida. El mejor ejemplo que tengo de esto son Ramos Allup y su fiel pupilo Julio Borges, ambos envueltos en graves y dudosos negocios con el régimen y entrenados en las finas artes del guiso, el doble espionaje y el sacrificio de lo ajeno para salvar lo propio. No voy a entrar en detalles, pero a quienes siguen poniendo fe en cualquiera de estos individuos, les recomiendo leer con atención las notas informativas sobre los fraudes y excesos de los bolichicos en el extranjero.

El caso es que, estas dos personas se han mantenido, no sólo en la directiva de la MUD por más tiempo del que evitaría sospechas, sino que también, y para desgracia del país, tienen año y medio controlando la AN, ésa que ganamos con dos tercios (112 diputados) y cuya Mayoría Calificada Ramos Allup entregó diciendo que el país debía doblarse​ para no partirse. Y resulta que ahora estamos dobla’os, no tenemos Mayoría Calificada ni Asamblea y, dentro de muy poco, quizás tampoco tengamos país.

Con ese recuento fresco y con el dolor de los muertos y saqueos claros en la memoria reciente, creo llega el momento de hacernos algunas preguntas importantes sobre lo que estamos haciendo dado que la oposición parece no haber sido capaz de echar pa’lante ni una cuadra en quince (15) años de oposición organizada. Y es que, me parece que hemos obedecido por mucho tiempo a un grupo de hombres de principios dudosos, cuyos motivos, hoy, parecen menos claros que nunca (y para quien se lo pregunte, hablo de la MUD y no del régimen)

En 2012 ganamos las elecciones presidenciales, pero el candidato que juró por su vida defender todos los votos, voto a voto, entregó la presidencia y nos mandó a bailar salsa en nuestras casas.

Luego vinieron las legislativas y volvimos a votar por ellos​ persiguiendo la promesa que nos hicieron de un cambio de gobierno y la liberación de los presos politicos. Sin embargo, un año y medio después seguimos con un régimen manejado por los mismos hombres y con el número de presos políticos aumentando todos los días.

¿Qué ha hecho entonces durante todo este tiempo nuestra apreciada oposición? Pues, lo único que saben hacer: insultar al régimen contundentemente, darle hasta con el tobo, barrer el piso con ellos, cantar más claro que un gallo, no guardarse nada, etc. Pero, de hacer algo de verdad, pregunto yo ¿qué han hecho? Bueno, 1) desecharon la destitución de Maduro por no cumplir con el requisito constitucional de la nacionalidad para optar al cargo. Allup hasta se atrevió a decir que el indocumentado era criollito y Capriles tuvo la audacia (eufemismo para «bolas») de decir que la nacionalidad (aunque le daba al país una vía de escape) era irrelevante. Y es que habrá que preguntarle hoy, a las familias elutadas, que tan irrelevante les parece eso. 2) Pusieron en riesgo a la población general al organizar una recolección de firmas que –supuestamente– activaría el RR. Y, a pesar de que: a) sólo se revocan cargos legítimos, b) la activación dependía de la aprobación del régimen –que no se ha cansado de decir que no va a entregar el poder– c) la validación exigía entregar al régimen las identidades de la ciudadanía opositora exponiéndola a todo tipo de represalias. Sin embargo, y a pesar de las advertencias y de lo mucho que se les dijo que el RR no era viable, la AN se montó en que nos pasáramos unos cuatro meses en esa pendejera para luego decir que debíamos olvidarnos de eso. 3) Los siguientes pasos fueron divagaciones que bailaron entre renuncias, constituyentes y reformas que pasaron de una directiva a la siguiente cuando arrancó el segundo año de asamblea sin que en el primero se hubiese logrado absolutamente nada.

Finalmente en enero, tras mucha polémica y presión popular para que hicieran «algo», se logró que la asamblea declarara a Maduro en abandono de cargo. Pero esa declaratoria jamás se formalizó ante organismos internacionales y sería interesante que alguien nos explicara el porqué. Esta misma semana y con el país enlutado y cayéndose a pedazos, a Borges no le tembló el pulso para ir a explicarle a la OEA eso que todos sabían: que Venezuela no puede retirarse de la organización porque no está en capacidad de cumplir con los requisitos. Luego se reunió con otro montón de gente pa’ explicarles lo grave de la «situación» y –de paso– dejar claro que lo que el país pide es elecciones. Y pregunto yo, aquí pues, como cosa mía: ¿a quién pretenden pedirle elecciones estos bolsas? Y me disculpan las plabrotas, pero es que el castellano no alcanza pa’ tanta desgracia. Porque, que yo sepa, a toda la cúpula chavista la solicita o la DEA, o la INTERPOL, o la CIA, o el FBI, o todas las anteriores. Y aquí, en el país, han violado toda norma, ley, artículo constitucional, tratado internacional, sentido común y rasgo de decencia que pudiera permitirles negociar una salida que no conlleve una sanción por todos sus crímenes. Entonces, venezolano, pregúntese: si esta gente entrega el poder, ¿pa’ dónde se van a ir? Pues, la verdad, es que no tienen a donde escapar. Y ésa es la razón por la que nunca van a entregar, su guerra es a muerte. Sólo que la oposición se niega a (o no quiere) enfrentar esa verdad. Vuelvo entonces, ¿a quién le están pidiendo elecciones?

La realidad, aunque duela, es que la posibilidad de una salida pacífica o negociada, se perdió cuando se entregó la presidencia. Y ahora, la libertad hay que pelearla con todo lo que tenemos. El detalle está en que el país está dejando la piel y la sangre en las calles pero, la Asamblea Nacional, exactamente ¿qué está haciendo? Bueno, no sé lo que hacen, pero sé lo que podrían haber hecho: destituir a Maduro porque asumió el cargo siendo extranjero, castigar con cárcel a los funcionarios que se prestaron para tapar ese hecho; también se pudo anular el nombramiento de magistrados al TSJ porque no cumplen con requisitos para el cargo, pudieron pelear el cambio de CNE, oficializar la declaratoria de abandono de cargo y nombrar un presidente interino, emitir sanción y veto contra actuaciones de Reverol y Padrino, entre otras cosas, que habrían contribuido a la restitución de algunas instituciones capaces de darnos​ un piso político (y legal) para hacer posibles unas elecciones generales. Pero nada de eso se ha hecho y no puedo dejar de preguntarme el porqué. Cada vez que veo caer a otro de nuestros guerreros, a uno de esos héroes huérfanos de oportunidad y libertades, me pregunto por qué.

Y es mi parecer que, además de sentir un profundo miedo por el artículo 350 de nuestra constitución, los diputados no han entendido que ellos también son ciudadanos obligados a ejercer el deber republicano de desconocer a un régimen al que, llaman dictadura genocida pero le piden elecciones.

El 350 no significa solamente que nosotros (el pueblo) vamos a protestar, significa que que ellos también deben cumplir con su parte ya que, todo ciudadano que no avale la violación de nuestra carta magna, está en la obligación de desconocer al régimen. Y resulta que nuestros diputados también son ciudadanos de la nación y que, además, constituyen un poder legislativo legítimo de 109 diputados de oposición habilitados legalmente por el pueblo venezolano para pelear por sus derechos y reclamar las libertades secuestradas. Pero son, precisamente ellos, quienes no parecen tener ni idea de qué es lo que están haciendo. Y sin embargo es a ellos a quien corresponde dar ejemplo de desobediencia civil porque fueron elegidos por mayoría legítima y constitucional y están obligados por ley a cumplir con el mandato popular que ya es –claramente– aplicar el 350 y respaldar a quienes lo están poniendo todo para recuperar la libertad. Pero, como que Capriles tenía razón, y  nadie en la dirigencia sabe con qué se come el 350. Les tendremos que explicar desde la calle.

Sin pueblo que obedezca, no hay hombre capaz de gobernar. –L. V. Velásquez

Es mi parecer, que debemos exigirle a la Asamblea Nacional que haga lo que corresponde: que desconozca al régimen y use la Constitución nacional como guía para sacarnos de este espantoso atolladero. Pero para hacerlo, es imperativo que se dejen de pendejadas como pedir elecciones y  referendos porque, sencillamente, no existe en el país institución alguna capaz de garantizarle al país las condiciones mínimas necesarias para un encuentro electoral; yo les exijo que, por respeto a mi inteligencia, dejen de llamar a esto una «crisis», que se dejen de reuniones escondidas a horas de misa e’ gallo pa’ cuadrarse en una  silla o en un guiso, porque sino se ponen del  lado correcto de esta historia, es el pueblo quien les pasará factura y no será bonita.

La traición no consigue perdón en los pueblos oprimidos. Recuerden siempre eso.